lunes, 7 de abril de 2008

Artículo del Maestro Denkô Mesa en la revista "Entre Volcanes"


Meditación Zen


Adjuntamos un artículo en el que el Sensei Denkô Mesa nos transmite sus reflexiones sobre la meditación Zen. Denkô Mesa es maestro de meditación Zen, director espiritual del Centro Zen de Tenerife (Zanmai San) vicepresidente de la CBSZ, coordinador del Programa de Estudios Budistas. Ha publica-do Budismo: Historia y Doctrina en la editorial Miraguano.

viernes, 4 de abril de 2008

Entrevista al maestro Dokushô en La Provincia


Con "Zen en la plaza del mercado" el maestro Dokushô Villalba nos introduce en la historia y en la práctica de la meditación zen, considerada como una poderosa herramienta que nos pone en contacto con nuestra intimidad más profunda y nos ayuda a comprendernos y a desenvolvernos en un entorno social dominado por la nueva religión del Dios Mercado y la globalización

El pasado 24 de enero el maestro Dokushô Villalba presentó por primera vez el libro en el Paraninfo de la ULPGC de las Palmas de Gran Canaria dentro de la conferencia "Zen en la plaza del mercado" y aqui adjuntamos la entrevista que le realizó La Provincia - Diario de las Palmas.


"El zen es una vía de liberación espiritual basada en la meditación".


—¿Qué es el zen?

— El zen es una tradición religiosa que procede de la India, es budismo. Tuvo su fundador en la persona del Buda Sakiamuni, que vivió en el siglo V antes de Cristo, y después se extendió por el sureste asiático, Nepal, China, Corea, Vietnam y Japón. Es una vía de liberación espiritual basada principalmente en la práctica de la meditación, en una postura determinada que es un ejercicio de introspección profunda en el que la conciencia, la atención, se vuelve hacia el interior y comprende sus propios procesos.

—¿En qué se diferencia de otras tradiciones budistas?

— Muchas veces las diferencias son de índole cultural, geográfica, histórica, pero todas las formas de budismo tienen el mismo origen. No hay sensación de separación como la hay entre la Iglesia católica y el protestantismo, no ha habido esa lucha.

—¿Qué distingue la escuela zen soto, a la que usted pertenece, de otras como rinzai?

—En el siglo VIII en China se crearon cinco escuelas de las cuáles sólo dos llegaron a Japón en el siglo XIII. Rinzai es una de ellas y soto es la otra. Hay diferencias metodológicas. En el rinzai se utiliza un sistema que se llama koan que es un enigma sobre el que practicante tiene que enfocarse para resolverlo. Es un enigma que no tiene resolución intelectual y la respuesta es una respuesta existencial. En la escuela soto no existe este método. Simplemente practicamos la meditación silenciosa zazen.

—¿En qué consiste este tipo de meditación?

— La meditación zazen es un método de introspección muy profundo en el que la atención, más que estar vuelta hacia el exterior, se dirige hacia el interior a fin de que la persona pueda comprender sus procesos internos, tanto emocionales como mentales o cognitivos. Es un método de despertar que genera una vigilia y un estado de alerta que permite la captación de una gran multitud de informaciones internas, de conocimiento de sí mismo. Nosotros resumimos diciendo que zazen consiste en sentarse y sentirse.

—A diferencia de otras formas de meditación el zazen se practica con los ojos entre-abiertos.

— Sí, los ojos se quedan entreabiertos y la mirada se desenfoca. El campo visual no es importante durante la meditación, la atención está vuelta hacia otros aspectos.

—¿Qué opina de D. T. Suzuki, el gran divulgador del zen en Occidente?

— El profesor Suzuki fue un pionero, qué duda cabe, de la introducción de los principios y la filosofía, si cabe, del budismo zen, pero fue sobre todo un académico, un intelectual. No fue un hombre práctico, ni un hombre de tradición. No fue un hombre de experiencia zen. Pero su trabajo fue importantísimo y todos le estamos profundamente agradecidos porque preparó intelectualmente el terreno en Occidente para que después vinieran las primeras generaciones de maestros zen japoneses que, ésos sí, traían la transmisión, la experiencia, la profundidad de la tradición y pudieron transmitirlas. El profesor Suzuki es reconocido sobre todo como un intelectual pero el zen no es una filosofía intelectual, es una experiencia práctica.

—¿Puede practicarse la meditación zen en la gran ciudad o es necesario retirarse al campo?

— Puede practicarse en la gran ciudad. De hecho, en nuestra comunidad budista española la mayor parte de los practicantes viven en ciudades y practican en ciudades. En Japón, tradicionalmente, la practica del zen estaba reservada a la vida monástica pero desde que los maestros vinieron a Occidente el zen se ha extendido entre los practicantes laicos y la mayor parte de las personas que lo practican son gente que trabaja en la ciudad.

—¿El zen es banalizado en Occidente?

— Como explico en la introducción del libro, en Occidente se tiende a banalizarlo todo. No sólo el zen, porque vivimos en una cultura de la banalización, del consumo rápido y el zen, como otras cosas -la familia, el sexo o las relaciones personales-, se banaliza también. Hay restaurantes zen, perfumes zen, líneas de i-pod que se llaman zen. Eso, obviamente, es un uso abusivo y deshonesto del término zen.

MARIANO DE SANTA ANA / LAS PALMAS DE GRAN CANARIA.

jueves, 3 de abril de 2008

Entrevista al Maestro Dokushô en el Faro de Vigo


“La renuncia es generosidad, una forma de sabiduría”

En una zona de colinas sinuosas entre la provincia de Valencia y Albacete está el Templo Zen Luz Serena, sede espiritual de la Comunidad Budista Soto Zen española que él fundó en 1989. Tiene nombre oriental, Dokushô, ganado en muchos años de estudio por los templos, y apellido español por su cuna sevillana.

Así de inesperada es la vida de los hombres que de una familia jornalera y sevillana salió este maestro zen de cráneo compacto y rasurado, curtida la mirada. Acaba de llegar a las librerías “Zen. En la plaza del mercado” (Editorial Aguilar), pero a este libro en que da las claves zen para comprender y sanar el malestar existencial en la era de la globalización, le han antecedido otros con su firma y pensamiento. Dokushô es distancia y, al tiempo, cercanía, palabra viva y a la vez templada.

Difícil imaginar que de un pueblo como Utrera, sevillano, salga un maestro en cultura tan lejana...
Ese es uno de los síntomas positivos de la globalización. El movimiento de los seres humanos se ha multiplicado y hoy ir a Japón, si antes era una odisea, está al alcance de la mano.

Dokushô es hijo tardío del 68 y de las corrientes orientalistas surgidas en el movimiento hippie, y conectó con la práctica del budismo zen en París, donde recibió la ordenación de monje soto zen de su primer maestro, pasando después estudios en principales monasterios del Japón.

Su vida, que es la de un monje ¿se diferencia mucho de la de un ciudadano medio?
Depende. Mi vida es atípica porque soy fundador de la Comunidad Budista Soto Zen y del templo Luz Serena y me debo por completo a esta tarea. Vivo en el templo, dirijo una comunidad de unas cien personas que se están formando. Otros monjes viven en la ciudad, con su familia y su trabajo normal.
El zen implica sobriedad, supongo, pero ¿también renuncia?
Claro, pero la palabra renuncia tiene hoy muy mala prensa. Se ve como algo negativo, como la frustración de un deseo. Eso no es nuestro punto de vista sino que pensamos que la renuncia es una forma de sabiduría, la máxima expresión de la generosidad.
¿Por qué?
Porque todo eso que renunciamos apropiarnos se lo estamos dando a los demás. Es justo el espíritu contrario al que preside la sociedad moderna, mercantilista y consumista.
Simplificando, aquí estamos los que tenemos fe o no la tenemos en el más allá ¿Y el zen?
Quizás sea esa una simplificación excesiva pero, en todo caso, le diré que Occidente peca de una visión demasiado etnocéntrica cuando se acerca a la religión, que siempre la entiende como una forma de teísmo. Por eso cuesta concebir cómo se puede tener una vida religiosa y espiritual sin trabajar con la hipótesis de Dios.

¿Y así es el budismo?
El budismo es una tradición religiosa y espiritual que ennoblece la vida humana sin contar con la hipótesis de trabajo de Dios. Nosotros decimos que hay que vivir sin esperanzas y sin temor, sin sujeción al deseo y sin miedo al futuro.

Ya en los años 50 Alan Watts empezó a publicar libros sobre el zen. Suzuki hizo lo mismo, como otros muchos, con la intención de dar a conocer el zen en occidente. Pero aún hay quien cree que es una línea de decoración...
Es el problema de la vulgarización a la que nos somete la sociedad de consumo, los publicistas, el marketing, que no duda en utilizar el nombre de una tradición espiritual milenaria para bautizar nuevos productos comerciales, nuevas tendencias de moda... Y eso es lo que llega a la gente llana.


Gary Snyder escribió en “El budismo y la revolución venidera” que la bendición de Occidente ha sido la revolución social y, la de Oriente, la penetración individual en el vacío existencial del yo...
Cierto, y añadió que necesitamos las dos. La gran aportación de Occidente viene, por un lado, del espíritu de los Evangelios pero, por otro, de la Ilustración, a partir de la cual el individuo se convirtió en sujeto de la historia. Esto aceleró una revolución social de la que fue hija el Estado del Bienestar, pero está coja, le falta la dimensión vertical de la profundidad y esa puede dársela el budismo.

El Estado del Bienestar, dice. ¿Tendrá que ver el malestar existencial en las sociedades opulentas con su abandono por parte de los estados?
Tiene que ver pero ese abandono no es más que un síntoma, no una causa. Desde nuestra perspectiva budista zen las causas son mucho más profundas y tienen que ver con la adopción por los humanos de un sistema de vida opuesto a la naturaleza.

¿En qué sentido?
En algún momento de su historia, el ser humano le ha ido dando la espalda a su propia naturaleza biológica, a las profundas relaciones que le unen con todos los seres vivos, con los ecosistemas... para construir una cultura por encima de la naturaleza. La degradación ecológica actual y la degradación social que la alimenta tiene como causa esta separación, que es también la que tiene entre el yo y los demás.

¿Es posible entender el zen con la lógica dualista de Occidente?
Imposible. Precisamente lo que el zen aporta es un nuevo sistema lógico que nada tiene que ver con la cosmovisión occidental. Es una bocanada de aire fresco a nuestra conciencia de realidad que no nos separa “de lo otro” sino que nos une al todo.
Eso me recuerda la experiencia unitiva de nuestros místicos...
Con razón. Y ocurre en todas las místicas, desde la sufí a la occidental: la unión con el Amado. En el zen se habla de “no dos”.

Dijo usted una vez que el zen no sirve para nada. Entonces ¿para qué el zen?
Para nada.

¿Cómo para nada?
Hay una mentalidad utilitarista según la cual todo se hace por algo, en función de algo, de los resultados, del después. El zen es vivir aquí y ahora lo que estás viviendo.Nos dicen, por ejemplo, que el crecimiento económico es bien para todos...Eso es un mito, una ilusión. No se puede continuar creciendo continuamente a costa de hipotecar los recursos. Todos los seres humanos necesitamos tener una vida digna que cubra nuestras necesidades básicas. No ocurre. Y es que el problema no está en generar más riqueza sino en repartir la que ya hay.

Publicada en El Faro de Vigo, el domingo 16 de marzo del 2008.
Texto: Fernando Franco Foto: Ricardo Grobas .

miércoles, 2 de abril de 2008

Primer Seminario del PEB II

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VACÍO


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VACÍO



La nave hacia el vacío [vacuidad] comenzó el 29/03/2008 a las 8:00 horas, en el centro Milarepa (Arya Marga) con una meditación de arranque de todo lo que íbamos a “desaprender”.

A las 10.00 h., en punto despegó el viaje en el semicírculo polar, donde el comandante Denkô sensei con sus tripulantes a bordo José Luis, Diego, Juanjo, Maricarmen, Rita, Víctor y Nicolás, listos para el despegue, zarpamos aunque nada más empezar el comandante nos grita:

“No hay nada que aprender”

El impacto fue brutal.






En todo momento, no dualidad, no vacío, sí vacío, no nada, no todo, no mente, sí mente. STOP, SOS………………., nuestros cerebros alucian con todo este… ¡uff! desajuste interno al que se somete nuestro cerebro encasillado, llenos de barreras arquitectónicas, de límites y de costumbres cocidas a fuego lento.

En cada parte del Programa Budista (ahora hablo en primera persona) penetra en mi corazón un sentimiento de profunda desazón al darme cuenta de la realidad que creo, o creo crear, y me doy cuenta del devenir circular de la vida por la que navego.

Pero SÍ, es un camino que ya sea de hielo (recuerden arrancamos desde el semicírculo polar) o bien sea de fuego, es sencillamente EMOCIONANTE descubrir.


Maricarmen

martes, 1 de abril de 2008

Retiro de Meditación Gran Canaria de 7 al 9 de Diciembre 2007

CONFIANZA BÁSICA

En un retiro de meditación Zen suceden cosas. Por ejemplo que te sacudan de la somnolencia existencial en la que vives, aferrado como un camaleón a la rama, mirando para todos los sitios, para no observar en la dirección adecuada, correcta.

El maestro te puede empujar sin tocarte, como un mago…- ¿con qué intención vienen aquí?- pregunta-; me tambaleo en mi propio zafu desde donde oigo la enseñanza.

Por la mañana sentarse, a medio día sentarse, por la noche sentarse… se van acumulando los dolores, van creciendo de forma desmesurada, desesperante. Maestro

¿Y si meditamos tumbados?... esto duele mucho, ¿no será mejor?
Pruébalo - contesta el maestro conociendo la respuesta-. No vale porque el dolor es un punto de partida que abre puertas para la indagación. ¿Están indagando?- el maestro interroga, incomoda, te hace hurgar en los pasillos recónditos de la mente. Esto no es un retiro para divertirse - dice al grupo - con semblante serio, ocultando su bondad-, que lo observa acongojado ¿Por qué un retiro? Un retiro no empieza ni acaba nunca.

¿Cóooomo?- me pregunto-, yo creía que era del 7 al 9 de diciembre de 2007.

Toda la vida es un retiro y ésta pasa rápido. ¡No se duerman! Aprovechen el regalo de forma humana que habitan ahora, en este momento (indagar, reconocer, aceptar con libertad, integrando…, ésa es parte de la tarea) Somos el testigo no el acontecimiento; somos la conciencia que ilumina.

El sensei va sembrando palabras que reconfortan, que dan ánimo al pequeño pero aguerrido grupo de meditadores, que se esfuerza, como en un parto. Descubrir quiénes somos no es gratuito. Requiere paciencia, perseverancia, trabajo, amor, valor…mucho valor.

El maestro va llegando con precisión a nuestras conciencias, desmontando y desbaratando muchos planes del ego y fortaleciendo los tiernos brotes que apuntan a un paisaje infinito.

Siento que la actitud con que vinimos cambia en el último día, en el círculo de corazones; poco a poco se van desgranando las historias personales y nos vamos identificando los unos con los otros, vamos comprendiendo que el sufrimiento es compartido… y la alegría también. Las palabras de la Sangha actúan como un bálsamo sobre nuestras heridas.

Así lo he visto yo. Gracias Maestro Denkô, gracias Sangha
Berto(10 de diciembre de 2007)

P.D. La casa de las Javerianas, en la Atalaya de Santa Brígida (Gran Canaria), se incorpora a nuestro mapa de retiros. El camino que va desde el albergue- donde dormimos y comemos- hasta la casa, a unos pocos cientos de metros- , donde se ha instalado el Dojo que nos acoge, está flanqueado por unos viñedos ateridos, que ya han dado sus frutos, y un pequeño corral de ovejas, que nos regalaron nacimientos de preciosos corderos invernales. Hay también un perro ladrador y un viejo y magnífico pino que no se preguntan ni por qué ladra ni por qué crece, respectivamente.

Retiro de Meditación 29 Feb 1 y 2 Marzo. Tenerife

"Pequeños grandes momentos"

Tengo la sensación de que podría escribir un libro de un periodo de zazen y una novela de esta sesshin, pero tranquilos, sólo daré unos pequeños brochazos al azar en primera persona esperando que mi experiencia no diste demasiado de la del grupo.

José Luis y el que les habla nos dirigimos en barco hacia Tenerife. Durante el viaje entrelazamos nerviosos nuestras palabras, tejiendo juntos una bonita amistad. A la puerta del Dojo de Santa Cruz fueron llegando pequeñas perlas rodando desde sus distintos hogares; disfrutamos unos minutos de besos y abrazos, el placer de la diversidad.

En marcha. Llegar al Ashram Arautápala situado en lo más alto del Valle de la Orotava quemó embragues. El penúltimo coche quedó atascado entre unas hierbas por lo que todos los que estábamos cerca nos pusimos detrás y empujamos con fuerza, el coche salió disparado pa`rriba. ¿Alguien dudaba de que no llegaríamos todos?

Círculo de corazones. Soltamos amarras, encendimos la mecha, prendió la hoguera.

Suena la campana, es hora de despertar. Estiro un poco, no he dormido bien. Un perro negro me vigilaba a través de la ventana del cuarto. Estiro un poco más. El dojo está a unos metros de los dormitorios. El césped rodea todas las instalaciones, me agrada pisarlo, está blandito y huele bien. Sentado en zazen comenzamos juntos un viaje sin retorno. Para esto hemos venido. Contamos respiraciones. El barco que parecía estar todavía atado en el muelle por los nervios, zarpa, no hay vuelta atrás.

Desayuno en cuencos (ōryōki) Mi rostro se refleja distorsionado en los cuencos mientras las cariñosas indicaciones de la instructora Rosa María ayudan a no crisparme ante tanto formalismo y poder así disfrutar de la comida. ¡Cuánto nos distancian las palabras y cuánto nos acercan los silencios!

Jornada sin descanso, samu, una ducha rápida y al dojo. Si todavía algunos pensábamos que no íbamos a remar… Comenzamos a darnos cuenta de que nos hemos equivocado. Esto no es un viaje de "vacaciones en el mar". Comemos y al catre. Umm… Me gusta la siesta, duermo estupendamente, estiramos un poquito con Víctor y de nuevo al dojo. Sentado en zazen, apenas durante unos segundos, en el cantar de los pájaros, silencio, en el rugido de una moto, silencio, en el ruido de mi mente, silencio. Sólo fue un sueño.

Teishô al atardecer. El maestro se ve reflejado por una luz insultante, la belleza del lugar se me hace casi insoportable. Detrás nuestro El Teide nevado, delante un pequeño bosque de castaños ya sin hojas (alguna queda color ocre esperando que el viento de la noche la lleve a un nuevo destino) Detrás de éstos, pinos verdes colgados de lugares imposibles. Las palabras del maestro no desentonan con el lugar. De repente, una pregunta cual reproche impertinente me saca del ensimismamiento. Umm… pelea, tonto de mí. Denkô sensei nos da una clase de paciencia: no hay nadie detrás, ni delante. No podemos insultar a un hermoso árbol y esperar que nos responda salvo con su belleza.

Cenamos. Mis ojos se entretienen, no pueden fijarse en los cuencos. Unos grados más arriba, un mar de luces como hogueras recorren el valle hasta el mar.
Suena de nuevo la campana, de nuevo al tajo. El zazen de la mañana fue para mí como ir de romería, un disparate.

Encuentro con el maestro, una mirada amable, una sonrisa sincera. Me tambaleo. Me voy a la puerta del dojo. Un niño pequeño y tembloroso se sienta en una silla color marrón. Una tímida lágrima cae por su mejilla. Una vez más intenta despegarse de los cálidos brazos de su madre ya muerta hace cinco años.

Circulo de corazones final. El viaje ha hecho zozobrar a más de un barco. Compartimos dolores y soledades. Todo está bien si navegamos juntos, no podemos dejar a nadie atrás, la fe nos impulsará de nuevo a vernos en otra sesshin. El maestro brilla, la Sangha se ilumina. Amigos en el Dharma.

(Nemesio)