jueves, 9 de octubre de 2008

Crónica de la Ceremonia de Enlace Matrimonial celebrada en las Palmas de GC entre Rosy y José

“Rojo y Blanco en los Corazones”



El pasado 3 de octubre, una vez más nos reunimos la Sangha canaria junto a familiares y amigos de Rosy y José Luis, bajo el manto protector del Maestro Denkô sensei con el fin de presenciar una de las Ceremonias de poder más hermosas que se desarrollan dentro de nuestra Comunidad.

Todo empezó muy temprano el viernes por la maña, o mejor dicho, todo empezó hace meses cuando Rosy y José Luis decidieron unir sus vidas y caminar juntos abriendo nuevos senderos.

En estos meses, ambos fueron tejiendo, cual kesa, una Ceremonia de ensueño; diseñaron y cosieron sus trajes de boda, fabricaron las plumas para estampar su firma en el “Compromiso del Corazón”, engalanaron las botellas de vinos, cosieron manteles, paños, bordados, ampliaron y mejoraron el altar, así como finalmente, encontraron el lugar ideal para que todo se hiciera posible. Era tanta su pasión que arrastraron a toda su familia, que sin soñarlo jamás, se encontraron en medio de una boda que estaba más allá del más allá de sus esquemas mentales.

De igual forma, puntada a puntada, con precisión zen, el lugar de la celebración fue quedando impecable; tejidos de gasas al viento, flores que iluminaban el alma, un altar hermoso como pocos, una ofrenda plena y la mesa de la Ceremonia cubierta con los objetos elaborados durante meses, y todo distribuido, siguiendo las instrucciones del Maestro.

Todo preparado: Denkô sensei revisa y repasa; nada queda al azar.



El novio se viste, de blanco inmaculado, le tiemblan las manos, le ayudo; mis manos también tiemblan de emoción. Me pide que lleve su rakusu durante la ceremonia, me quedo sin palabras… ¡qué limitadas son las palabras!… nos abrazamos y todo queda dicho.

La novia llega, toda de rojo, deslumbrante como la puesta de sol que se acerca.

Se encuentran, suena la música y todo comienza de nuevo.

La atención es máxima, sólo se escucha el murmullo del agua, nadie sabe qué esperar, nadie sabe qué va a suceder, salvo el maestro que va guiando a los enamorados y a los asistentes a través de la Ceremonia, va abriendo corazones, cual flecha, que al pasar indica el camino para encontrar la felicidad en pareja.

Empiezan las confesiones y de repente José y Rosy se giran hacia sus respectivos padres, los miran fijamente y les agradecen la vida que corre por sus venas, los años dedicados, el esfuerzo dado, el amor recibido… Sampai, una, dos, tres veces… la emoción inunda nuestros ojos con lagrimas… nadie queda indiferente… nuestros corazones se vuelcan y por momentos nuestro ego desaparece… todos estamos unido. Doy gracias a mis padres y bendigo sus atenciones…

El maestro transmite los dieciséis preceptos, ¿son para los novios o realmente son para todos? En ese instante, mi yo los hace suyos.

Se realiza transmisión de la luz, se intercambian inciensos, guirnaldas de flores, rosarios, los anillos y finalmente los novios leen los votos del “Compromiso del Corazón”:

Hago el voto de amarte y de protegerte
en cuerpo, mente y espíritu,
tanto en la felicidad como en la desgracia,
tanto en el placer como en el dolor,
tanto en la salud como en la enfermedad,
tanto en la riqueza como en la pobreza,
tanto en la vida como en la muerte.

Hago el voto de honrar
y de venerar con devoción
tu propósito en esta vida.

Hago el voto de reconocer continuamente
tu naturaleza de Budha.

De corazón a corazón


Se besan y sonríen… ya son No-dos.

Vuelve la música y los novios dan de beber el vino a los participantes... irradian alegría y felicidad.

Llega el fin de la Ceremonia, una fiesta de luz y color, el comienzo de una nueva vida. Llueven pétalos blancos y rojo, el universo los bendice.



Volvemos a bajar a la tierra y nos preparamos para compartir la comida, la música, el baile y la alegría durante horas. Nos despedimos de los novios y amigos, iniciamos el retorno a casa y empieza a llover… “nada puede ser más propicio”, musita sensei.

Gracias a los familiares y amigos por abrir sus corazones y permitir que este pequeño sueño impermanente se hiciera realidad.

Gracias a Rosy por querer tanto a José Luis, respetar sus creencias y compartirle con todos. Gracias José por tu generosidad y tu entrega a los demás.

Gracias a los dos, al maestro Denkô sensei y a sus ayudantes por brindarnos esta ceremonia tan hermosa y hacer que nuestros corazones se enciendan.

De corazón a corazón.

(Diego E. Medina Benítez)

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